sábado, 21 de mayo de 2016

Al principio no era paciente

Al principio empecé este blog para contar mis experiencias en las salas de espera.  Iba poco al médico pero mi empresa de venta de productos para odontólogos me llevaba todos los días a diversas salas de espera.

Pero lo creé y no lo continué...

Ahora soy paciente, paciente que visita muchos médicos y espera en muchas salas de espera. Y soy paciente. Paciente para esperar los resultados de los exámenes, paciente para esperar que llegue la fecha de la cita con el especialista, paciente para no googlear los términos de los exámenes. 

Tengo 45 años y hace dos años me diagnosticaron cáncer. Y cuando digo esto me siento como en una reunión de alcohólicos anónimos de las películas gringas donde cada uno se presenta y termina diciendo "soy alcohólico". 

Como me dí cuenta?  (esa es la pregunta que siempre me hacen)

Un dolor, un dolor agudo en el costado derecho que no me dejó dormir una noche después de un maravilloso fin de semana en familia. No era un dolor inmenso, solo que era constante.  Y decidí ir a una sala de urgencias para descartar una apendicitis. 

Salí en ayunas, dejé a mis hijos dormidos y me despedí de mi esposo que iba rumbo a una charla donde era el conferencista. Tomé un bus de transmilenio para no manejar con el dolor en una hora de tráfico donde no se consiguen taxis y llegué a la clínica donde estuve solamente cuando nacieron mis hijos.

Tengo un seguro de medicina prepagada y asistí a una clínica privada donde el triage me remitió a consulta fuera de urgencias. No era una urgencia y tampoco parecía apendicitis!

La médica que me recibió notó que el dolor venía del riñón derecho y podrían ser cálculos. Pero necesitaba una ecografía y mientras tanto me inyectan buscapina para alejar el dolor. 

La ecografía. 

Se termina la ecografía y me dicen que tengo una masa en el riñón, que lleve los resultados inmediatamente donde el médico que me remitió. Con mi celular tomo una foto medio borrosa del resultado y no pienso, no pienso nada porque no sé nada, no sé que es una masa en mi cuerpo. 

Cuando la médica lee los resultados, toma el teléfono y llama a urgencias pidiendo que no le envíen más pacientes porque debe hacer un ingreso a urgencias. El ingreso soy yo. Y me dice que debo hacerme un TAC y un urólogo me va a atender.

Mi visión está muy borrosa y es la droga para el dolor la que lo produce y este es mi primer encuentro con las drogas para el dolor y sus efectos.

Las llamadas. A mi esposo. A mi mamá.

El urólogo.

Cierra la cortina del cubículo de urgencias, saca a mi mamá y lo dice. Cáncer. Operar. Quitar riñón. 

Mi vecino, en el cubículo de al lado tiene apendicitis. Está buscando quien lo puede reemplazar en una audiencia, es abogado. 

No pienso, no pienso, no pienso, la mente está en blanco, y sólo veo las letras del temido cáncer. 










miércoles, 11 de julio de 2012

En la Sala de Espera

Una buena parte de mi tiempo estoy en las salas de espera. Soy vendedora de productos odontológicos, visito muchos consultorios y en cada espera hay una historia que quiero contar.